lunes, 13 de abril de 2009

República JUSTA....


Por qué pensar que la idea de que gobernadores e intendentes se presenten a cargos legislativos es una estafa? ¿Por qué pensar que la situación de Cobos, como Vicepresidente y opositor, apenas expresa una paradoja ética? ¿Por qué creer que las postulación de Felipe Sola o de Gabriela Michetti son una maniobra?
Creo que la respuesta adecuada es que pensamos desde la inercia. Que repetimos de memoria formas institucionales tan caducas como desbordadas por la dinámica política real.
En estos años, más de 20 gobiernos han caído en América Latina. Sin embargo no hubo ningún Golpe de Estado Militar.¿Qué falló?
Por qué cuando se hablaba de vocación destituyente contra la Presidenta algunos se ofuscaban diciendo que no eran golpistas? ¿Acaso no querían, los que salían con cacerolas por ejemplo, que la Presidente se fuera?
Creo evidente que los formatos constitucionales de nuestras repúblicas no se corresponden con lo que necesitamos.
Las formas institucionales no están para aprisionar la política, para esclerosar la representación popular.
La propuesta de que se presenten a cargos legislativos quienes detentan cargos ejecutivos es absolutamente normal en los países parlamentarios. Más aún, es normal que no asuman el cargo legislativo sino que continúen en su función ejecutiva.
La legitimidad se obtiene por mandato popular en elecciones legislativas. La ministra de economía española, por ejemplo, baja a la arena electoral para presentarse como candidata a diputada del PSOE. Luego sigue como ministra, los que la votan saben que no va a ser legisladora.
En la Argentina no rige el parlamentarismo. Por eso esta propuesta hace ruido. Pero desde el pensamiento político debemos priorizar la dinámica real frente a formas fosilizadas.
Nada hay nada menos estafador y más clarificador que aquellos que mejor expresan el proyecto de gobierno se presenten a la consideración popular. Es que en unas elecciones parlamentarias intermedias lo que se vota es el apoyo o rechazo al gobierno. Esta verdad es la que no cabe en la vieja institucionalidad.
Nada hay nada menos estafador y más clarificador que los principales referentes de la oposición se presenten como candidatos al cargo que ya ocupan cuando todavía les queda mandato, como el caso de Sola.
El voto tiene antes que nada un sentido político. La propuesta de Kirchner refuerza ese sentido, lo hace más claro.
Por supuesto, en la agenda pública argentina ya debe escribirse con urgencia la necesidad de reformar la constitución y avanzar hacia un sistema parlamentario.




Fe.Ro.So./ Postura oficial de la Flaca.

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